Con normas o si normas de ordenamiento territorial y prevención, la ciudad de Santiago duerme sobre una zona de alto riesgo sísmico, y eso debe asumirse en su planificación y gestión de hoy. Debemos apuntalar ya el estudio de "microzonificación sísmica" y de las edificaciones riesgosas, así como la formulación de un plan de gestión con simulacros periódicos en escuelas, hospitales y edificios públicos. Hay que dotar a Santiago y a los santiagueros de las debidas herramientas de control vía una adecuada prevención y promoción de la protección específica contra los desastres naturales y sismos.
miércoles, 20 de enero de 2010
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