lunes, 28 de diciembre de 2009

Los políticos nuestros denominados monos políticos

Los políticos de nuestro país pueden participar en un circo, por las travesuras y piruetas que viven dando, sin vergüenza y sin respeto. Usted puede observar un político en un partido en un año y al año siguiente, en otro partido, y cuidado, que en un mismo año pueden cambiar hasta de varios colores. El mono cuando va de ramas en ramas, no suelta una cuando tiene la otra en sus manos, es decir, es difícil que se caiga, y asimismo se encuentra nuestro político para cambiar de partido.


En los medios públicos de inmediato recogen la noticia de que fulano, se encuentra conversado con el partido de gobierno, que fulano tiene una reunión con el dirigente de tal partido, y entonces dos o tres días o semanas después, se concluye que el determinado político aquel se cambió de partido.
Un mono y un político nuestro, nos parece que no tienen mucho de diferencia. Luego, cuando se encuentra en el partido nuevo, están con mucho puesto, muy orondo y comparón, por la distinción en la forma que lo recibe su nuevo hogar político.

Esos políticos que andan dando saltos y brincos, agarrándose de donde puedan para buscar su porvenir económico y social, qué credibilidad y confianza pueden depositar los partidos en una persona con ese comportamiento. El transfuguismo de dirigentes políticos, que como proyecto se encuentra en el Congreso Nacional, no obstante, su propulsor claudicar en las garras de su mismo proyecto, en nuestro país se practica como un deporte, y la sociedad se palpa indiferente y como algo normal.

La percepción que puede tener la sociedad sensata de un tránsfuga debe ser de rechazo, pero la dirigencia que se encuentra administrando los partidos políticos, lo elevan a la categoría de sabio e inteligente dirigente, que tuvo la oportunidad de darse cuenta a tiempo para hacer un cambio inteligente. Y así, van en todos los escenarios con ese discurso, y cuando usted se da cuenta, solamente falta colocarle una corona, para que parezca un angelito. Ni es más que un mono político, que en vez de brincar de ramas en ramas, lo es de partido a partido.

Y lo grave de todo esto es, que a la mayoría de la militancia del partido que cobija el mono político, los administradores políticos de esos partidos quieren que se lo celebren con bombos y platillos, el buen salto dado por ese tránsfuga. Solamente se observa dirigentes que tienen condiciones, capacidad y el talento para ocupar una posición igual o mejor donde colocan al tránsfuga, lamentando y resabiando por las acciones que ejecuta su partido, y para colmo, tener que celebrarlo.

No es de sorprender en nuestro circo político seguir observando el mismo espectáculo y función de dirigentes políticos, haciendo la actuación de un típico mono, brincando y brincando de ramas en ramas, o de dianas en dianas, pero sin soltarse hasta tener la otra cuerda segura. Quizás, usted tiene varios nombres ahora mismo que se recuerde, que le puede denominar monos políticos, y tal vez, puede mencionar algunos que quieren participar en nuestro circo político

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